El
pesimismo es una forma de alarma, permite la entrada de estímulos que
despiertan la alerta en nuestro cuerpo, poniéndonos en movimiento.
Por
supuesto, un exceso de pesimismo nos puede hacer ver las cosas de una manera
demasiado negativa, de forma que no podamos asimilarlo y nos acabe parando. Por
el contrario, comportarse de una manera demasiado relajada o indolente, con una
actitud inapropiadamente positiva, sobre todo de forma mental ("no quiero
ser pesimista" o "no es correcto que pierda los nervios y me
altere"), bloquea las posibles alarmas que pudiera despertar una situación
de riesgo real, desactivándose sistemas de respuesta que pueden ser importantes
para la supervivencia.
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Hoy en día, todos sabemos que estos mecanismos de alarma se activan a diario en las tareas más "cotidianas": al cruzar una calle, cuando vemos a alguien desconocido en un callejón oscuro, cuando llevamos niños a nuestro lado en una zona de mucho tráfico, cuando vamos a pagar la factura en un taller de coches, etc.
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Hoy en día, todos sabemos que estos mecanismos de alarma se activan a diario en las tareas más "cotidianas": al cruzar una calle, cuando vemos a alguien desconocido en un callejón oscuro, cuando llevamos niños a nuestro lado en una zona de mucho tráfico, cuando vamos a pagar la factura en un taller de coches, etc.
En
el plano deportivo, puede bajar
mucho el rendimiento de una persona, por ejemplo: un deportista que el día de
un partido importante, tiene una actitud excesivamente positiva, estará demasiado
confiado y relajado.
El
echo de bloquear una alarma, significa, bloquear mecanismos de respuesta ante
un estrés o tensión, que son totalmente fisiológicos y están diseñados, desde
nuestro origen, para defender nuestra vida y adaptarnos de una manera positiva
a nuestro medio, pudiendo esto crear algún tipo de daño, o incluso, una
enfermedad, ya que la tensión es real, y aunque nosotros "cambiemos"
mentalmente nuestra realidad (utilizamos el exceso de optimismo para estar
indolentes), la tensión que se creó en nuestro cuerpo, quedó guardada.
Es
por esto, que en ciertas situaciones en las que podemos tener que tomar
importantes decisiones, no es recomendable que nos fiemos, únicamente, de
nuestro análisis mental, ya que puede llevarnos a errores de cálculo que den al
traste con lo que más nos importa en ese momento: decisión empresarial, salud,
preparación para un evento deportivo, etc.
Por
esto, te quiero recomendar 2 libros:
- · Antiterapia: el método.
- · El poder del lenguaje.
Ambos
podrás encontrarlos a través de este enlace:
En
ellos encontrarás de forma ordenada, gran parte del trabajo y estudio de su
autor José Luís Godoy Muelas, terapeuta y Coach, de los más especiales, por su
profesionalidad y gran capacidad para leer en la vida, el cuerpo y los signos
de la pérdida de salud por éste (síntomas); que tras más de dos décadas de trabajo
de investigación, recopilación y desarrollo. A creado el método de Antiterapia
– Un inciso: El nombre de Antiterapia, puede llevar a interpretaciones erróneas. No significa estar en contra de, sino, ir a favor de, de crecer. Para esto, es necesario desplazar los límites que hay en la estructura y protocolo de trabajo. En este caso, en el mundo de las terapias. Cada gremio se molesta en diferenciar su disciplina de las demás, limitando así, sus resultados. Antiterapia es “anti”, pero por romper de manera positiva la limitación, por el crecimiento que propone. Nos permite alcanzar, a terapeutas y pacientes, nuevos horizontes. – Como te decía,
del trabajo de más de 20 años, de este terapeuta y Coach, nace el método de Antiterapia,
que J.L. Godoy dio a conocer en 2007, y que desde entonces, viene, junto a su Equipo
de Monitores, mostrándolo y enseñándolo a todo el que lo desea, a través de libros,
cursos, presentaciones, charlas, etc. A demás de llevarlo a cavo con cientos de
pacientes en sus centros de Madrid y Granada.
Suerte
y que los disfrutes.
David
González Valderrey
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