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domingo, 23 de marzo de 2014

El terreno interno: afecciones por bacterias, hongos, parásitos, etc.




El climática y la distribución de los seres vivos.

Si se observan las distintas regiones geográficas del mundo uno se da cuenta de que son muy diferentes dependiendo de la latitud y altitud en la que se encuentren.

La Tierra está dividida en zonas climáticas, debido a que existen zonas polares, montañosas, continentales, tropicales, etc.

Dentro de estas regiones hay distintas comunidades de organismos dependiendo de si se encuentran en la alta montaña, en un valle o cerca del mar.

Podemos afirmar que el clima es un responsable directo del reparto de las distintas poblaciones de seres vivos en el planeta, y un cambio en él puede determinar la migración o la permanencia de estos, así como su número y actividad.

Terreno o medio interno.

De la misma manera el cuerpo tiene en su interior lo que equivaldría al “clima” y el “ecosistema” externo, determinando el número y el equilibrio en el que se encuentran los diferentes organismo que conviven en él:

  • Virus.
  • Hongos.
  • Células.
  • Bacterias de la piel.
  • Bacterias del tracto digestivo.
  • Bacterias que ayudan al metabolismo. Etc.


El cuerpo tiene un medio interno o “terreno” donde se desarrollan los diferentes organismos que acompañan a la persona y le ayudan en su adaptación diaria:

  • Energía.
  • Inmunidad.
  • Digestiones.
  • Creación de vitaminas. Etc.


Claude Bernard entendió que trabajando sobre el terreno los microorganismo recobraban su equilibrio y la persona mejoraba. Parece que en un principio a Pasteur no le hizo mucha gracia, pero según cuentan, más tarde, dijo que Bernard tenía razón (algo que hoy sí se sabe) y exclamó:

"Bernard tenía razón, el germen no es nada, el terreno lo  es todo."

Este terreno depende, entre otros factores, de:

  • PH.
  • Vitaminas.
  • Alimentación.
  • Enfermedades.
  • Otros organismos.
  • Oxigenación del cuerpo.
  • Capacidad de regulación.
  • Capacidad de procesamiento de estímulos (ver antiterapia).
  • Temperatura corporal (la fiebre es un mecanismo del cuerpo que produce un cambio en el medio donde vive el microorganismo causante del daño; la falta de apetito que acompaña a la persona que “se pone mala” es otra estrategia para minimizar los nutrientes con los que cuenta el medio para que no le lleguen al organismo que lo “ataca”).


La “mejora del terreno interno” es una vía que hoy se muestra efectiva para acompañar a los tratamientos clásicos que luchan contra las afecciones relacionadas con hongos, parásitos, bacterias, etc. Y cubrir así las posibles carencias de estos, de manera que se puedan conseguir unos mejores resultados a la hora de atender los problemas de las personas que sufren estos desequilibrios.

Como se trata del medio interno donde también crecen y se desarrollan los tejidos y células del cuerpo, es aconsejable que los medios que se utilizan sean respetuosos con el cuerpo; algunos son:






jueves, 31 de enero de 2013

Limpieza de intestino: una higiene necesaria para el bienestar.




El tracto intestinal está formado por los intestinos delgado y el grueso; ambos separados por la válvula ileocecal, que controla el nivel de PH de cada órgano, y por lo tanto, el tipo de bacterias y funciones que existen en cada parte del tracto.

En los intestinos se llevan acabo las funciones de protección contra patógenos, absorción de nutrientes, y eliminación de toxinas (materia fecal).

Si su funcionamiento no es bueno, se pueden producir diferentes problemas relacionados con la protección, la absorción de nutrientes y la toxicidad de tejidos; así como crearse inflamaciones, gases y un aumento del volumen abdominal.

Algunos de estos problemas terminan con:
  • Flatulencia.
  • Congestión linfática y sanguínea.
  • Aumento del volumen abdominal.
  • Dolor abdominal.
  • Dolor de cabeza.
  • Aumento o pérdida de peso.
  • Fatiga.
  • Diarrea.
  • Estreñimiento.
  • Alergias.
  • Alteraciones de la piel y mucosas de otras partes del cuerpo: eczemas, dermatitis, sinusitis, catarros, etc.
  • Crecimiento de bacterias, parásitos y hongos.
  • Falta de vitaminas y minerales (no se absorben).
  • Toxicidad general (al no ser eliminados, los residuos del intestino crean fermentaciones, alcoholes, levaduras, etc. Problemáticos para el cuerpo.


Este es el motivo por el que es importante cuidar el tracto intestinal; y por el que diferentes profesionales de la salud ponen un gran énfasis, en su nutrición y limpieza.

Existen diferentes métodos según se quiera limpiar, depurar, higienizar, proteger, regenerar, etc.:
  • Dietas.
  • Purgas.
  • Lavativas.
  • Toma de plantas.
  • Drenajes.
  • Manipulaciones de las vísceras y del sistema linfático (osteopatía visceral y drenaje linfático).
  • Aporte de enzimas, minerales y vitaminas.
  • Toma de algunos preparados que cuidan el terreno, como Lacticol (Soria natural), Kanne (Biolasi), etc.
  • Toma de prebióticos y probióticos.


Hoy vemos ejemplos de sustancias utilizadas para la limpieza:
  • Homeopatía: Nux Vómica.
  • Plantas: malva (es un laxante suave), cáscara sagrada ( un poco más fuerte que la malva, e influye también en la vesícula biliar), etc.
  • Semillas: Lino (preferentemente hervido durante 10´ o en infusión; contiene mucílago).
  • Arcillas: blanca (se adhiere a las paredes y atrae las sustancias tóxicas que luego son eliminadas junto con ella; algunos laboratorios la utilizan en sus productos).
  • Frutas: la naranja, la pasas (en agua) y la ciruela.
  • La hidroterapia de colon es un sistema recomendado habitualmente (pregunte a su médico o terapeuta).


También se pueden utilizar lavativas y un ayuno suave de varios días, en el que se tomen zumos o purés de verduras (acelga y puerro), con el objetivo de preparar el cuerpo y permitir que elimine con mayor facilidad.

Se recomienda hacer las limpiezas en primavera y otoño, aunque también se hacen en otras estaciones del año.

No obstante, siempre es necesario preveer, y tener en cuenta que una limpieza es un estímulo que se le da al cuerpo, para el que necesita estar preparado.

Será necesario:
  • Revisar el estado de otros órganos y sistemas.
  • Comprobar que existen los elementos nutricionales necesarios para la función de limpieza.
  • Que no se tiene ninguna intolerancia a frutas o verduras.
  • Que se dispone de energía suficiente como para aprovechar el estímulo de las sustancias que promueven la limpieza (glándulas suprarrenales, etc.).
  • Que no se tienen cicatrices que bloqueen el sistema linfático en ninguno de las zonas (desfiladeros anatómicos, válvulas, pelvis y abdomen), por donde pasa.
  • Comprobar la existencia de focos en el intestino y otros órganos relacionados con la limpieza.
  • Hacer que la válvula ileocecal funcione correctamente, para que no se produzcan estancamientos o invasiones de bacterias en zonas que no les corresponden.
  • Que la columna vertebral y las fascias de la zona, se encuentren en un buen estado.


Teniendo en cuenta lo anterior, será necesario realizar ejercicio; ya que mueve los sistemas linfático y sanguíneo, oxigena el cuerpo y las células, y promueve la energía (vigoriza), siendo esencial para el cuidado general de intestino, y especialmente, en periodos de limpieza.


Petición de cita:
Telf. 665 197 613.