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miércoles, 29 de enero de 2014

Características del entrenamiento clásico y el entrenamiento funcional.

*El entrenamiento clásico de la fuerza, en ocasiones recibe el nombre de Bodybuilding o “Culturismo”, métodos que incorporan varias vías de trabajo, pero que se caracterizan en el desarrollo de la fuerza.





jueves, 18 de julio de 2013

Diafragma pélvico: una parte importante del cuerpo y su bienestar: problemas y formas de trabajarlo.


“El diafragma pélvico forma parte de la regulación y adaptación física en funciones reproductivas, excretoras, circulatorias, estáticas y de movimiento.”

El suelo pélvico es el conjunto de músculos que se encuentra en el fondo de la pelvis menor y que, como se haría con un “cesto”, contiene y sostiene los órganos reproductivos y viscerales como el intestino grueso y la vejiga de hombre y mujer, manteniéndolos en su sitio y ayudando a que lleven a cabo sus funciones, como en el caso de la micción de la orina, la excreción de las heces del intestino grueso o las sensaciones sexuales de ambos sexos:

Reproductivos:
  • Mujer: útero, ovarios y vagina.
  • Hombre: próstata, conductos espermáticos internos, base del pene.


Viscerales:
  • Mujer y hombre: parte final del intestino grueso (colon sigmoide y ano), asas intestinales del intestino delgado, vejiga, uréteres.



Nervios y vasos:

Además de los órganos alberga los nervios y los vasos linfáticos y sanguíneos que regulan e irrigan dichos órganos; también tienen una influencia sobre la circulación y el tono nervioso de los miembros inferiores (varices, linfedema, celulitis, pesadez, molestias del ciático, etc.).

Los músculos que forman el diafragma o suelo pélvico se insertan sobre huesos como:

Hueso sacro: base de la columna vertebral, e, inteligentemente para los osteópatas: “llave” del cuerpo, más específicamente, del sistema de articulaciones y fascias del cuerpo, ya que un mínimo cambio en él provoca que el resto articulaciones y tejidos miofasciales corrija y adapte su posición para equilibrarse de nuevo.

Huesos iliacos: relacionados directamente con la manera en que se hace el apoyo del miembro inferior sobre el suelo poniendo a prueba a la estabilidad y, en consecuencia, el grado de gasto de energía (economía corporal). Además, son las paredes laterales del contenedor de vísceras, y del feto dentro del útero, que es la pelvis en general.

Debido a estas relaciones con nervios, vasos, músculos, huesos y articulaciones, el diafragma pélvico forma parte de la regulación y adaptación física en funciones reproductivas, excretoras, circulatorias (órganos y miembros inferiores), estáticas y de movimiento; y dependiendo de su estado será clave en la economía corporal ya que puede mejorar o empeorar la capacidad del cuerpo para realizar los cambios necesarios de manera que se den las funciones mencionadas dentro de un gasto de energía y comodidad (justa sensibilidad o no dolor) óptimos.

En el caso de no poder ser así y de que el diafragma pélvico se encuentre, desde el punto de vista físico, o sea, de un sistema miofascial, tenso y/o sin el tono correcto para funcionar o responder a las demandas del resto del cuerpo con normalidad (incapaz de adaptarse correctamente), se pueden dar casos de signos y sensaciones desagradables y de mala función.

Por esto es por lo que es interesante desde el punto de vista osteopático y *holístico trabajar y mejorar su tensión y capacidad de respuesta adecuadas en casos de (*en el fondo no importa el tipo de herramienta, todo es igual cuando se tiene un principio o fundamento general aplicable):

Problemas circulatorios del miembro inferior y la pelvis:
  • Hemorroides.
  • Estreñimiento.
  • Varices, “arañas”, etc.
  • Molestias en la zona de ingle, vejiga y útero.
  • Sensación de pesadez de piernas o pélvica.
  • Congestión linfática en miembros inferiores y órganos pélvicos.
  • Calambres y espasmos miembro inferior y órganos de la pelvis.

Problemas urogenitales:
  • Infección de vejiga.
  • Incontinencia urinaria.


Problemas en la mecánica o estructura corporal:
  • Escoliosis.
  • Lumbalgias.
  • Problemas discales.
  • Ciáticas y pseudociáticas.
  • Esguinces crónicos y de repetición en tobillos.
  • Dismetrías no anatómicas en los miembros inferiores (pierna larga, pierna corta).
  • Anteversión y retroversión pélvicas (son una fuente de problemas sobre todo o de manera especial en la mujer debido a las situaciones propias de esta: ciclos menstruales, parto, gestación, peso de los hijos, etc.).
  • Problemas de boca (la articulación de la boca: ATM es el último lugar donde se intentan adaptar las tensiones llegadas del resto del cuerpo en un intento de equilibrar las fuerzas internas y externas que buscan adaptación desde sus medios interno y externo, y forma una parte importante en el equilibrio cervical y general por la posición y situación de la cabeza, los oídos y los ojos).
  • Exceso de curvaturas anterior y posterior de la columna vertebral (hipercifosis o hiperlordosis.).


Problemas en la esfera genital:
  • Sequedad vaginal.
  • Problemas de fertilidad.
  • Picores genitales (vasos y nervios).
  • Dificultades en la gestación y en el parto.
  • Infecciones urogenitales debido a la mala vascularización y limpieza de órganos y mucosas.
  • Impotencia (cambios en la posición de los vasos y nervios que atraviesan el pubis pueden provocar este tipo de alteraciones).
  • Problemas menstruales con cambios en la sensibilidad, sangrado y frecuencia.


Problemas hormonales:
  • El quistes en los ovarios.
  • Producción de estrógenos.
  • Menopausia con un exceso de sofocos, cansancio, pérdida de minerales, etc.
  • Pérdida o alteración del sueño (glándulas hipófisis, hipotálamo, pineal, tienen una relación directa con las tensiones pélvicas a través de la duramadre y los huesos del cráneo; ver las relaciones sacrocraneales y terapia sacrocraneal).


Problemas digestivos (eliminación):
  • Estreñimiento.
  • Disbiosis intestinales.
  • Congestión abdominal.




También es importante evaluar el diafragma pélvico:
  • Antes del embarazo.
  • Durante y después del parto.
  • Tras golpes y accidentes.
  • Después de intervenciones quirúrgicas.
  • Tras infecciones por hongos (cándida), bacterias, etc.
  • Después de periodos con el DHIU o el anillo vaginal.
  • Ejercicio intenso o especialmente traumático para la zona: hípica, esquí, piragüismo, deportes de contacto, etc.).

 Técnica de corrección del diafragma pélvico:

Parte del cambio del exceso de tensión de este, y uno de los métodos más adecuados es la presión con uno o varios dedos sobre puntos determinados que normalmente coinciden con puntos gatillo (pequeñas zonas de entre 0,5 cm y 1,0 cm de superficie, especialmente sensible y reactiva entre las fibras del músculo o el ligamento).

De esta manera se dan cambios en la tensión y la sensibilidad que se hacen acompañar con el movimiento del tejido hasta que el mismo cuerpo muestra que es suficiente y el terapeuta con su percepción (entrenado para el caso), detecta que estos desaparecen (para saber más sobre el trabajo del terapeuta y la comunicación con el cuerpo, se recomienda ver información sobre el método de Antiterapia y su valoración de cambios en el cuerpo gracias a los tests de biofeedback).

Cuando hay una falta de tono se pueden llevar a cabo ejercicios para el aumento de este, siempre y cuando se haya procedido a mejorar el terreno o las condiciones que hacen que el diafragma haya perdido esta capacidad; sí no es así, y existe una problema de fondo, por ejemplo: un problema de nutrición, de cicatrices o de PH, los ejercicios igual que otros métodos de trabajo quizá no tengan efecto; por esto es recomendable valorar y mejorar el terreno antes de llevarlos a cabo o iniciar cualquier otra técnica.


Siempre que sea adecuado, se puede acompañar el trabajo con técnicas manuales de limpieza, de mejora de la circulación y “posición” viscerales (osteopatía visceral) y de esta manera añadir al tratamiento del diafragma pélvico una corrección que optimice su parte interna.

Para los nervios que lo regulan y que proceden de la zona lumbo-sacra, sería igual: mejorar su estado de manera que mejore el diafragma pélvico.



viernes, 30 de noviembre de 2012

Prevenir y mejorar las molestias de la articulación sacroiliaca: el cuidado del tono muscular.




Para prevenir y mejorar el estado de la articulación sacroiliaca, se puede prestar atención al tono muscular.

Los músculos realizan el movimiento y mantienen el tono que permite la estabilidad de la postura; todo coordinado por el sistema nervioso.


Algunos de los músculos que participan en la fisiología sacroiliaca

El objetivo es mantener un tono muscular equilibrado, evitando y corrigiendo lo que genere un exceso o una falta de este.

El exceso de tono se suele mostrar como un acortamiento y una mayor tensión en el músculo, lo que puede crear dolor, entre otras sensaciones.

Una de las maneras de contrarrestarlo son los ejercicios de estiramiento; aunque no suelen ser la solución en el caso de haber un problema de base, si que pueden suavizar los síntomas mientras se encuentra el origen de este, que sería lo necesario.

Los más importantes para esta articulación son los de: tronco, caderas y piernas.

Al menos al principio, es recomendable contar con la ayuda de un profesional.

En la carencia de tono, se puede encontrar un músculo flácido, y una relativa inestabilidad de las articulaciones.

Para lo anterior, se cuenta con ejercicios de contracción y potenciación del músculo, por ejemplo los ejercicios con peso, de resistencia, etc. Que se pueden realizar en un gimnasio.

Otras causas de problemas que afecten a la articulación, pueden ser:
  • Disfunción de órganos del sistema reproductor, genitourinario, digestivo, etc.
  • Problemas en el sistema nervioso.
  • Colocación o falta de prótesis.
  • Lesiones en otras partes del cuerpo, etc.


Se puede seguir conociendo el resto de detalles, en: articulación sacroiliaca – lesión de iliaco anterior –.


Petición de cita:
Telf. 665 197 613.