El esguince de tobillo es una lesión común que puede producirse en
cualquier etapa de la vida: niñez, adolescencia, madurez o vejez. Donde una
tensión brusca de la articulación del tobillo distiende sus ligamentos produciendo
un daño de mayor o menor grado de los mismos.
El tratamiento es principalmente conservador, dando prioridad al tiempo.
Para su diagnóstico y
tratamiento, el esguince es clasificado según el grado de rotura del ligamento
o ligamentos distendidos:
- Primer grado: distensión sin rotura.
- Segundo grado: aparece rotura parcial en algunas fibras.
- Tercer grado: la rotura es completa o prácticamente total, lo que deja a la articulación “inestable”.
En este tipo de enfoque, con cada grado describe un aumento de la
intensidad de la reacción del cuerpo (principalmente la inflamación), y del
tiempo de recuperación así como el tipo de tratamiento a seguir.
El tobillo tiene un papel esencial en:
- Estática.
- Equilibrio.
- Desplazamiento (andar, saltar, etc.).
Es por esto que un esguince de tobillo mal recuperado puede generar problemas
en otras zonas del cuerpo así como un bajo rendimiento deportivo y, según el
caso, laboral.
Además del tratamiento
conservador se pueden seguir otro tipo de recomendaciones; por ejemplo:
Drenaje linfático manual: mejora la inflamación y el edema,
evita así daños mayores en el tejido y acorta enormemente el tiempo de recuperación;
en la medida que disminuye la inflamación hace lo mismo con el dolor.
Aplicación de arcillas: ayudan a remineralizar y bajan inflamaciones.
Diferentes tipos de vendajes: rígidos, semielásticos, elásticos y
tape. Es importante adaptar el tipo de vendaje a la evolución de la lesión para
así no perjudicar la recuperación.
Técnicas manuales: recuperan la movilidad de las articulaciones y
fascias. La osteopatía cuenta con formas de trabajo suaves como la “funcional”,
pudiendo comenzar a mejorar el tobillo desde los primeros días donde la sensibilidad
al dolor es mayor.
Técnicas para recuperar la propiocepción: la propiocepción es lo
que le dice en todo momento a la persona, donde se encuentran cada una de
sus “partes”, y es esencial para una coordinación eficaz de las
extremidades, cabeza y tronco, en este caso, la de las articulaciones del tobillo
entre si, al mismo tiempo que respecto a el resto del cuerpo.
Homeopatía: puede aliviar el dolor y disminuir el edema.
INDIBA: instrumento de termoterapia que produce calor en los
tejidos; la temperatura mejora la circulación, la movilidad y la sensibilidad
de los ligamentos, fascias y músculos.
Otras técnicas son:
- Imanes: plano energético.
- Ejercicios de rehabilitación: fisioterapia.
- Ortomolecular: minerales, vitaminas, enzimas.
- Fitoterapia: utiliza la combinación de plantas “medicinales”.
- Sales de Schüssler: aportan nutrientes básicos del mesénquima celular.
Personalización del trabajo:
Diferentes condicionantes hacen que el esguince de una persona en su
conjunto sea diferente al de otra e, incluso, que un esguince sufrido por la
misma persona en otro momento de su vida sea diferente, condicionando su
tratamiento y recuperación; algunos son:
- Nivel de estrés en el cuerpo.
- Emociones.
- PH del tejido.
- Tipo de alimentación.
- Edad.
- Sexo.
- Cicatrices de operaciones o cortes en la zona.
- Esguinces anteriores, etc.
Estos y otros elementos individualizan
el resultado y hacen que se requiera un trabajo personalizado;
cualquier variante produce una modificación de las condiciones y de la
evolución.
Sirva como ejemplo señalar que, no es lo mismo un esguince producido
mientras se juega en el patio del colegio que el que se genera en un accidente
de tráfico.
Para la personalización del trabajo la Antiterapia utiliza los tests de biofeedback.
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