“Cada uno de nosotros tiene que
ser para alguien una llave. Sin ella hay puertas que no se abrirán, puertas que
no se cerrarán" Elie Wiesel.
El
encuentro y no el aislamiento es la primera y esencial riqueza humana, es a
partir de este que se puede crear y cobra sentido la humanidad ante la
animalidad o lo solamente instintivo, automático y repetitivo (en sus sentidos restrictivos, porque también los tienen positivos) que crea un agotamiento por tensión y esfuerzo.
El
encuentro es lo primero y prácticamente lo único que tiene que ayudar a recuperar
un terapeuta, el encuentro entre las diferentes partes del cuerpo para que se
de el dinamismo y el crecimiento que este necesita, a partir de una ley que por
mucho que no se quiera tener en cuenta no deja de padecerse si no es atendida:
“El
cuerpo, y la persona, necesitan crecer”
El
encuentro con las diferentes planos de la vida de esta y no sólo la parte
corporal también forman parte de este.
Recuperar
partes de uno integrando en vez de separando.
El
resto, que también es necesario, y todo un arte, es aportar recursos para que se produzcan los
procesos.
Contacto.
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