domingo, 23 de marzo de 2014

El interior del cuerpo: descubriendo la célula.



En un principio se consideró a la materia viva como homogénea y continua.

Gracias a Robert Hooke, creador del primer microscopio de 50 aumentos, esta materia se pudo observar lo suficientemente al detalle como para darse cuenta de que no era continua; no era toda un solo elemento, sino que estaba compuesta de pequeñas partes y estructuras bien diferenciadas unas de otras. Esto lo observó Hooke en el 1665. Hooke fue el  que le dio el nombre a la célula.

En 1670 Anton Van Leeuwenhoek mejora el microscopio hasta conseguir 300 aumentos, pudiendo estudiar células vivas de diferentes organismos:

  • Parásitos.
  • Protozoos.
  • Espermatozoides.


En 1830 Theodor Schwann y Matthias Schleiden, reconocen la importancia de la célula y postulan los que vinieron a ser: los principios de la Teoría Celular.

Al verlos se puede encontrar la relación que hay entre algunos de los problemas corporales más comunes y las células, determinando la capacidad de adaptación y las posibilidades de salud que puede tener un ser vivo.

De su estudio se sacan algunas de las ideas y “reglas” más esenciales y básicas a tener en cuenta en el cuidado de una persona:

La célula es la unidad básica:

Todos los seres vivos están formados por una o más células, y estas son las más básicas unidades funcionales del cuerpo.

La célula es la unidad funcional: las funciones vitales de los organismos ocurren dentro de las células:

Al ser la unidad básica y funcional, si la célula no funciona con normalidad tampoco lo hacen correctamente los tejidos y los órganos compuestos por ellas, y por tanto, las funciones de estos quedan alteradas; es lo que origina el denominado “problema funcional”.

Finalmente, tras el cambio funcional, puede aparecer una “enfermedad”.

La célula es la unidad genética: toda célula proviene de otra preexistente.

Contienen información importante sobre lo que a de pasar en el organismo y como ha de desarrollarse este.

Sobre como ha de adaptarse a situaciones conocidas de antemano por la especie.

Algunas sustancias y formas de vida pueden cambiar las condiciones en las que habita la célula, afectando desde su exterior (terreno) a su interior, y alterando los genes que estas guardan y que representan una oportunidad de supervivencia que costó mucho trabajo y esfuerzo conseguir a los antepasados:

  • Virus.
  • Hongos.
  • Parásitos.
  • Bacterias.
  • Nutrición.
  • Pesticidas.
  • Alimentos.
  • Hormonas.
  • Adicciones.
  • Sedentarismo.
  • Enfermedades.
  • Medicamentos.
  • Metales pesados.
  • PH (acidez y alcalinidad del cuerpo).


Debido a la importancia de las células y lo guardado en ellas por siglos de evolución, es necesario ser extremadamente delicado y respetuoso con las mismas, y en general, el cuerpo que forman, por lo que su consideración y cuidado debería de ir parejo al cuidado de cualquier alteración y estado corporal.

Por otro lado, viendo la cantidad de funciones de estas (tantas como órganos y funciones más generales hay en el cuerpo), tenerlas en cuenta y trabajar para que el terreno o medio donde se encuentran esté en buenas condiciones puede ser la respuesta correcta que marque la diferencia en un mismo tipo de trabajo (un antes y después, un sin o con, ayuda al terreno y a la célula).





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