El cuerpo
realiza diferentes funciones que le ayudan a adaptarse a el entorno:
- Digerir alimentos.
- Respirar.
- Defenderse (sistema inmune).
- Eliminar.
- Reproducirse.
- Moverse: andar, asir un objeto, lanzarlo, etc.
- Comunicarse.
- Discurrir, pensar.
- Crear.
Cuando alguna
no se realiza bien, se producen problemas de falta de adaptación; el cuerpo
realiza un esfuerzo mayor para hacer lo mismo que antes.
Se crea
una nueva adaptación como medio para solucionar el problema, la cual requiere
de un mayor gasto de energía que se repite y mantiene constante. La constancia
hace que en un tiempo llegue a pasar inadvertido.
Ejemplo:
Cuando se
produce un daño en un tobillo, se tiende a apoyar más una lado del cuerpo que
el otro, este desequilibrio aumenta el esfuerzo del cuerpo por mantenerse en
funcionamiento: estar de pie, desplazarse, trabajar, entrenar, etc.
Otro
ejemplo es la pérdida de visión de un ojo y los cambios que se producen en la
posición de la cabeza, que se transmiten a toda la columna y las fascias
coporales, cambiando finalmente la postura de la persona (escoliosis, etc.), y
con ello, su capacidad para mantenerse en equilibrio y moverse sin gastar
energía en exceso y con la misma fluidez que antes.
A lo
largo de la vida esto sucede muchas más veces de las que se pueden pensar; ya
que no todas las adaptaciones son tan evidentes y claras como las anteriores,
la mayoría pasan desapercibidas y no son compartidas con el terapeuta,
especialista, preparador, etc. Que no podrá trabajar sobre ellas (el cuerpo no
las muestra).
Este es
uno de los motivos principales por los que es necesario, y por tanto,
recomendable, utilizar el tests de biofeedback; debido a su capacidad de poner
a la persona y terapeuta en comunicación directa con el cuerpo, para saber que
le sucede.
Al ser
tan habituales estas adaptaciones con excesivo gasto, originan una pérdida de
energía y de rendimiento, al que acompaña un prematuro “envejecimiento” y una
mayor aparición de problemas corporales; como se producen a lo largo de los
años, no son conscientes, sus efectos terminan viendose como los “normales”; el
estado en el que se encuentra la persona se ve como: “el normal”.
La persona va perdiendo la información
sobre como es ella realmente, qué es lo normal en ella, y cuales son sus
verdaderas capacidades; se a adaptado con una pérdida de su capacidad.
Mejorar
estas adaptaciones hace que se pueda recuperar la energía que fue y es
invertida en ellas, quedando disponible de nuevo para las funciones diarias,
mejorando el estado de la persona y su capacidad de adaptación a nuevas
necesidades:
- Crecer.
- Alimentarse.
- Aprender.
- Jugar.
- Reproducirse.
- Mejorar el rendimiento deportivo o laboral.
- Seguir una terapia (el cuerpo necesita capacidad para recibir tratamiento).
- Defensa (sistema inmune).
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