“En la revisión de la sacroiliaca, es importante conocer
la capacidad de adaptación de la articulación y sus tejidos, a partir de su
capacidad para procesar distintos tipos de estímulos en diferentes situaciones”.
¿Qué es una lesión de iliaco?
La
lesión de iliaco anterior es una lesión de la articulación sacroiliaca, en la
que el hueso iliaco se “desplaza” hacia delante en relación al hueso sacro, lo
que crea tensión en los ligamentos y la cápsula de esta.
Esto
suele provocar la contracción de las fibras musculares que rodean la articulación,
prolongando la lesión al mismo tiempo que genera síntomas conocidos y
estudiados por médicos, fisioterapeutas, osteópatas y quiroprácticos de todo el
mundo. (ver arco reflejo de Sherrington
y concepto de neurofacilitación, bases neurofisiológicas de la osteopatía, Irvin Korr:).
Se
puede ver la prevalencia de éste tipo de lesión, en un estudio hecho por Fraçois Ricard, co-director de la
Escuela de Osteopatía de Madrid, sobre una población de 500 personas, en las que se encontró lesiones de iliaco en el 87,74% de los casos, siendo un 41% las de iliaco anterior izquierdo, y
un 13%, las de iliaco anterior
derecho.
Teniendo
en cuenta, los efectos de esta lesión sobre el resto del organismo, se comprende
el interés que muestran y el trabajo que realizan, los técnicos sanitarios,
osteópatas y quiroprácticos, en conocer sus causas y tratamiento.
¿Cómo se comporta y cuál es la función de la articulación sacroiliaca?
¿Cómo se comporta y cuál es la función de la articulación sacroiliaca?
La
articulación sacroiliaca está formada por las “caras” articulares de los huesos
iliaco y sacro; estas están unidas por una cápsula, la cápsula sinovial, y unos
ligamentos, gracias a estos, es posible que un hueso se mueva respecto al otrro
sin separarse.
Su
función es absorber las tensiones que se transmiten a la pelvis desde la parte
superior del cuerpo, a través de la columna, y la parte inferior, a través de
las extremidades inferiores. Las extremidades inferiores se adaptan a los cambios
del terreno, creando la base (base de sustentación) o “plataforma”, donde el
cuerpo intenta mantener su centro de gravedad, consiguiendo un menor gasto de energía
cuando está en equilibrio ("estático") de pie o en movimiento (dinámico).
Al
mismo tiempo, asegura y hace posible una buena movilidad entre las partes
superior e inferior del cuerpo, y garantiza la integración y equilibrio entre
las necesidades de movimiento y estabilidad de ambas.
“Caras”
articulares de la sacroiliaca
La
sacroiliaca necesita una buena comunicación con el resto del cuerpo, para de
esta manera, ajustarse mejor a las necesidades del conjunto, lo que se consigue
en parte, a través del sistema nervioso central y periférico.
Teniendo
en cuenta, lo necesaria que es la articulación sacroiliaca para el equilibrio
entre diferentes partes del cuerpo, la postura, la marcha y el movimiento en
general, y lo importantes que estas funciones son para hacer una buena adaptación
al entorno; un problema en cualquiera de ellas, invita a revisar la articulación, ya que si no, se puede pasar
por alto el origen de un gasto excesivo de energía, así como de inicio de otras
adaptaciones que provoquen molestias y dolor.
Debido
a la necesidad de la sacroiliaca (y el organismo en general), de adaptarse a
diferentes estímulos (físicos, energéticos, químicos, etc.), integrándolos para
dar respuestas adecuadas; en la revisión de la articulación, es importante
conocer la capacidad de adaptación de esta y sus tejidos, a partir
de su capacidad para procesar distintos tipos de estímulos en diferentes
situaciones.
Los
estímulos que recibe de su entorno la articulación, pueden ser distintos unos
de otros, o idénticos, pero recibidos en diferentes circunstancias; de las dos
maneras, pueden cambiar la forma en que responde a ellos la articulación.
De
ahí el uso de los tests de biofeedback, y dentro de estos, la utilización de
los tests estáticos y dinámicos, con el objetivo de estudiar la articulación en
sus aspectos dinámico y estático, y sus estados de exceso y carencia, para
tener un conocimiento profundo de lo que la sucede, y como un problema en esta
articulación puede afectar al conjunto del cuerpo, explicando los síntomas en
otras partes de este.
Situación
de la pelvis en el cuerpo (vista anterior)
Situación
de la sacroiliaca en la pelvis (vista posterior)
Algunas de las estructuras que componen
la articulación sacroiliaca.
Ligamentos:
Limitan
el movimiento dentro de la articulación e informan al cerebro de la situación
de esta: dirección y velocidad de movimiento; tensión que sufre, etc. Dando una
idea de su posición respeto al resto del cuerpo y facilitando el control de la
postura y el movimiento.
Ligamentos
de la articulación sacroiliaca
Músculos:
Los
músculos realizan la tracciones y relajaciones que provoca el movimiento,
además de mantener el tono que permite una postura estable. Lo músculos son los
protagonistas activos del movimiento, al mismo tiempo que la base y el origen estático
de este a través del tono muscular mantenido; todo ello controlado y modulado
por el sistema nervioso central: médula, tallo cerebral y corteza.
Algunos de
los músculos que participan en la fisiología sacroiliaca
Las
fascias:
Envuelven la musculatura que mueve las articulaciones del cuerpo y trasmiten
la tensión de pequeños cambios y ajustes que se producen este, lo que influye
directamente en el, estado, grado de tensión y capacidad de adaptación de la
articulación. También hacen posible el metabolismo de los tejidos de la
articulación.
Una
fascia que tiene especial importancia para los terapeutas es la duramadre
(membrana del sistema sacrocraneal).
Parte
de los huesos, sacro y coxis, a través del conducto vertebral, llegando a las
primeras vértebras cervicales y huesos del cráneo. Esta relación, puede hacer
que se transmita al cráneo la tensión de una lesión sacroiliaca (dolores
cervicales, migraña, cefalea, etc.) o viceversa, del cráneo, a la articulación.
Cadenas musculares y faciales a
través de las que se trasmiten diferentes tensiones y se organiza el cuerpo
En
la lesión del iliaco anterior, es la superficie articular del iliaco, la que se
desplaza hacia abajo sobre la del sacro, cambiando la relación que existe entre
las distintas partes del hueso y el resto del cuerpo.
En
el siguiente dibujo, se ve como la rama izquierda del pubis desciende, mientras
que la pala del iliaco del mismo lado se desplaza hacia delante.
Iliaco posterior iliaco anterior izquierdo
La
posición del hueso iliaco respecto a los otros huesos y articulaciones de la
zona, provoca un cambio en la estática y la dinámica global, como por ejemplo,
una pierna más larga que la otra (falsa pierna larga), y la rotación y/o
inclinación, de las vértebras lumbares, con una posible afectación de los
discos y desgaste de cartílagos, creando problemas de estática y movilidad (lo
que afecta a la marcha). Diferentes estudios clínicos y biomecánicos demuestran
que esto puede ser origen de:
Dolor
en distintas partes del cuerpo.
Malas
posturas.
Problemas
de crecimiento.
Escoliosis.
Dificultad
para realizar correctamente movimientos dentro de los ámbitos, deportivo y
laboral.
Problemas
en el embarazo.
Además,
la tensión que se produce en los tejidos de la pelvis, columna y cadera, afecta
a los vasos, nervios, glándulas y órganos de la zona, influyendo su fisiología
normal. Por ejemplo:
Síndromes
vasculares (síndrome del piramidal).
Ciáticas
o pseudociáticas.
Sequedad
vaginal y molestias sexuales como dolor.
Espasmos
intestinales y problemas de las mucosas por la pérdida de motilidad.
Infecciones
por estancamiento venoso y linfático.
Dolor
por espasmos musculares.
¿Cuáles son las consecuencias de la
lesión de iliaco anterior?
En
lesión de iliaco anterior y en relación, se encuentran variaciones en la manera
de aparecer dolor, pudiendo darse, según el estudio de François Ricard, en las
siguientes proporciones:
Al
movimiento: 61%.
Sordo:
55%.
Intermitente:
50%.
Pasando
de la posición de sentado a la de, de pie: 37%.
En
posición de pie: 35%.
Como
síntomas secundarios destaca:
Dolor
en flexión del tronco.
Dolor
agudo.
Dolor
al andar.
Dolor
tipo quemadura.
Problemas
intestinales.
El
mismo Ricard, manifiesta que estos datos no deben tratarse con carácter
absoluto, y que sirven como una guía para orientar el estudio de la
articulación y, dentro de esta, de la lesión de iliaco anterior.
De
la misma manera, los tests de Antiterapia y kinesiología avanzada, evidencian
problemas en la articulación sin que por ello tengan que aparecer, a primera
vista, síntomas asociados en la zona, siendo estos problemas la causa de otros síntomas
en distintos lugares del cuerpo.
Un
ejemplo de las consecuencias de una lesión en la articulación sacroiliaca, es el
Síndrome del piramidal. Este se caracteriza por:
Un
espasmo del músculo piramidal que puede provocar dolor en el trayecto del
nervio ciático (parte posterior del muslo).
Molestias
sexuales tanto en hombre como la mujer.
Alteraciones
dolorosas de los genitales y el ano (nervio pudendo).
Estancamiento
circulatorio en la pelvis menor y espasmo del perine (importante en embarazos).
¿Cuáles son las causas más comunes de
la lesión de sacroiliaca?
Incluso
en sucesos que llegan a tener, en un momento dado, una explicación aceptada, a menudo
es modificada ante nuevos datos y evidencias. Teniendo
en cuenta esto, pueden ser, y son en muchas ocasiones, varios los factores que
repercuten en articulación sacroiliaca:
Focos
(dentales, vertebrales, etc.).
Infecciones.
Desequilibrios
del PH.
Estados
emocionales.
Prótesis.
Traumatismos.
Lesiones.
Compensaciones.
Sobreesfuerzos
y desequilibrios por mala coordinación del sistema motor.
Estasis
de un órgano (estancamiento de la sangre u otro líquido en una parte del
cuerpo).
Enfermedades.
Problemas
reflejos.
Alteración
de un meridiano de energía.
Carencias
o excesos de cualquier elemento o factor corporal.
Alimentación.
Estos
factores, ya sea por compensación o adaptación, repercuten sobre los tejidos
musculo-esqueléticos, que por su acortamiento y retracción, falta o exceso de
tono, sumado al aprendizaje de patrones que se repiten, pueden causar y
mantener una lesión de iliaco.
Algunas
de estas adaptaciones y compensaciones están reflejadas en la literatura de
investigación osteopática; Algunas son:
La
musculatura del abdomen, pelvis, cadera y miembros inferiores, puede, debido a
un tono excesivo, tirar de sus inserciones en el hueso iliaco y trasmitir a su
articulación una tensión que la empuja en un sentido anterior respecto a la del
hueso sacro.
De
la misma manera, la falta de tono de uno o varios de éstos músculos, puede
producir una inestabilidad que se trasmite a la articulación, debido a que no
contrarrestan las tensiones que se producen en otros tejidos, y que, sumadas a
las de la fuerza de gravedad y las presiones internas de los órganos, tiran de
ésta en la dirección contraria.
Los
cambios en el apoyo del pie (lesión ascendente), ya sean por:
Lesión.
El
tipo de calzado.
Operaciones.
Enfermedad
reumática.
Infección
por hongos.
Cortes
(cicatriz), etc.
Pueden
provocar una lesión de la sacroiliaca. Los cambios en la posición en los huesos
del pie, obliga a las articulaciones que hay por encima a cambiar su posición
con el objetivo de, minimizar la tensión provocada sobre sus ligamentos. Es
como cuando el judoka dobla la muñeca de su oponente, y éste, se retuerce
completamente para evitar la tensión producida, y con ella, el dolor.
Problemas
de cadera:
Traumatismos.
Operaciones.
Enfermedades,
etc.
La
cadera se relaciona de manera directa con el hueso iliaco a través de sus
superficies articulares, músculos, fascias que los envuelven, ligamentos y
cápsula articular; es la zona donde va a parar toda la fuerza del brazo de
palanca del miembro inferior, por lo que soporta mucha tensión que se trasmite a
la articulación sacroiliaca.
Traumatismos
o golpes directos sobre la articulación:
Accidentes
de coche.
Patadas
en deportes de contacto, futbol, rugby, etc.
Caídas
de espaldas, etc.
Estos
desplazan el hueso en una posición anterior, que puede quedar fijada por la
contracción muscular de un espasmo de protección ante el carácter súbito del
golpe.
Problemas
posturales o de la estática, como en el caso de una escoliosis.
Problemas
funcionales que afectan a la postura:
Tipo
de trabajo.
Deporte,
etc.
Lesiones
y desequilibrios en otras partes del cuerpo, que generan un desequilibrio que
es trasmitido a través de los tejidos (fascias, músculos y aponeurosis), al
hueso iliaco. Por ejemplo:
Problemas
en la base del cráneo (lesión descendente).
Juanetes
(lesión ascendente).
Embarazos:
Debido a los cambios que se producen en la mujer con el objetivo de acoger niño,
existe una anteriorización de la pelvis de esta y una gran presión de los
tejidos y órganos de la zona, a la que la articulación tendrá que adaptarse
para asegurar las funciones normales que conllevan la estabilidad, equilibrio, movilidad
y movimiento locales y globales, que hacen que a la madre le sea posible acoger
una nueva vida, sin sufrir por ello el deterioro de la suya.
Si
la articulación no tiene la suficiente capacidad de adaptación, pueden
generarse problemas que repercutan sobre la mujer y su bebé a nivel
musculo-esquelético y funcional, ya sea mientras sucede la gestación, como durante y después del parto.
Muchos
expertos insisten en lo importante que es que la revisión de la pelvis, antes,
durante y después del embarazo y el parto.
Problemas
de la musculatura del periné.
Problemas
reflejos, estos tienden a fijar la lesión o a crearla por un exceso de tono en
un músculo y por cambios en el tejido de la articulación.
Mientras se sufre un problema de este tipo es
necesario tener cierto cuidado y evitar una sobrecarga de la zona, para ello se
aconseja consultar a un profesional de la salud, el cual indicará como:
Doblarse
apropiadamente.
Levantar
objetos de manera correcta.
No
torcer el cuerpo mientras se realizan labores, se trabaja, estudia o practica
deporte.
Además de si son necesarios:
Ejercicios
para flexionar los músculos de la espalda baja.
Ejercicios
para fortalecer los músculos que soportan el área.
Utilización
de frío o calor aplicado al área del dolor.
Utilización
o no de ultrasonido (aplicación de calor profundo sobre el área del dolor).
Algunos ejercicios
recomendados por los osteópatas para la lesión de iliaco anterior
Prevención:
Se trata de evitar factores que puedan generar un
problema sobre la sacroiliaca, por lo que la observación y cuidado de todas las
posibilidades explicadas anteriormente, como el cuidado del tono muscular, los
problemas orgánicos, el sistema nervioso, la colocación de prótesis, lesiones
en otras partes del cuerpo, etc. Puede ser lo que ayuden a prevenir un problema
en esta articulación.
Todo lo que mejore el tono muscular a través del
ejercicio, por ejemplo, el cuidado de una alimentación que no genere un
desgaste de los sistemas digestivos inflamándolos y provocando un aumento del
volumen abdominal, que desequilibre las líneas de gravedad y aumente las
presiones internas del cuerpo; además del cuidado la propiocepción, para lo que
existen las técnicas manuales y los ejercicios propioceptivos. Ayuda a prevenir
una posible lesión de iliaco anterior.
Revisión bibliográfica:
El poder del lenguaje (Antiterapia: tomo 2). José Luís Godoy.
Tratamiento osteopático de lumbalgias y ciatalgias 2ª edición. Fraçois Ricard (Panamericana).
Fundamentos de medicina osteopática. American Osteopatic Asociacion (Panamericana).
Puntos Gatillo y cadenas musculares funcionales en Osteopatía y Terapia manual. Philipp Richter y Eric Hebgen (Paidotribo).
Bases neurofisiológicas de la osteopatía. Irvin Korr.
Muy bueno el post, la verdad te felicito!!
ResponderEliminarGracias Alexis, es una articulación esencial en la estática y dinámica generales, por lo que es importante en actividades deportivas y en el mantenimiento de la salud. Puede que en ella encontremos la respuesta a las sensaciones incómodas, a demás de dolores, que vivimos diariamente desde hace tiempo.
EliminarUn saludo.
Muy buena información . Gran trabajo!!!
ResponderEliminarGracias a ti Antonio.
EliminarTodo el trabajo que se hace sobre el cuerpo a nivel osteopático, suele ser estático (relaciones fijas entre diferentes sistemas) ya que la valoración en osteopatía es, en un momento y estado concretos respecto al resto de sistemas.
Al resaltar la capacidad dinámica de la articulación, lo que evidencia es la necesidad de poner al cuerpo en movimiento, o sea, hacer que sus relaciones cambien para saber si se produce algún fallo que en la observación estática no se daba o manifestaba.
Para esto es importante contar con tests especiales (tests de biofeedback: tests de láser, etc.) orientados a valorar la dinámica (capacidad de cambiar la referencia con otras partes del sistema y, posiblemente, la manera de comportarse de una respecto a la otra o al conjunto).
El trabajo sobre la estática es importante y muy útil, se puede comprobar gracias a los resultados de la terapia osteopática, además del de otras tantas terapias; pero es importante también cubrir la parte dinámica ya que una vez hecho el trabajo, el cuerpo se pone en movimiento, haciéndolo, además, en distintas situaciones.
Un saludo.
Luego de casi 30 años de una tremenda caida que sufrí (desde 20 mts al piso), descubro cual es mi problema (sacroiliaco).El articulo que he leido coincide casi en un 100% de mis dolores. Estoy en manos de un kinesiologo muy responsable y criterioso. De todas maneras toda información al respecto SERÁ BIENVENIDA. Hugo Dominguez de Pcia Cba
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