miércoles, 19 de diciembre de 2012

Contrarrestar los efectos de los metales pesados en el cuerpo puede ser fácil.



Uno de los posibles problemas a los que ha de hacer frente el cuerpo, es una toxicidad que afecte a sus funciones.

Un ejemplo es el aumento de la cantidad de metales pesados provocando diferentes resultados; estos son algunos de ellos.
  • Perdida de sueño.
  • Dolores de cabeza.
  • Molestias musculares y articulares.
  • Sensación de cansancio.
  • Desequilibrios del funcionamiento de algunas hormonas.
  • Alteración del sistema nervioso.
  • Problemas de concentración y aprendizaje.
  • Desequilibrios del PH.
  • Respuestas en mucosas, tipo alergias.

Los diferentes metales forman parte de esta era, y por lo tanto, de la vida de cualquier persona; un exceso de estos en el cuerpo es algo que se puede prevenir sin ser necesario renunciar a las facilidad y la comodidad.

Quizá sea suficiente con un mínimo de cuidado e higiene.

Algunas observaciones relacionadas con evitar el exceso de metales pesados y sus problemas:

El agua mineral suele contener menos metales pesados que la del grifo debido a que no corre por tuberías de plomo, cobre, etc. En caso de elegirla, se recomienda que sea baja en residuo seco, así como adecuar la cantidad de esta a las necesidades y características personales de cada uno: edad, peso, enfermedades, actividad física, alimentación, etc.

Los alimentos ecológicos (verduras, carnes, pescados, fruta, etc.), suelen estar más cuidados en cuanto a los piensos, fertilizantes, vacunas y terrenos en los que se criaron.

El ejercicio ayuda a movilizar el sistema linfático y circulatorio, y estimula el metabolismo, con lo que mejora la eliminación y metabolización de toxinas.

Las sartenes y ollas desgastadas, así como cuberterías antiguas o en mal estado, tienen una mayor probabilidad de perder metales pesados, que luego se ingieran junto a la comida.

Un estropajo no metálico, puede ser igual de efectivo que uno que si lo sea.

Envolver la comida en “papel plástico”, puede ser una alternativa válida respecto al “papel plata” compuesto de metal.

Lo mismo sucede con los productos enfrascados en relación a los enlatados, que suelen contener más elementos metálicos.

Tener en cuenta que el especialista quizá sepa de anticonceptivos y antiácidos, entre otros productos, que no contengan metales.

Hoy en día todos saben de las medidas de higiene necesarias para no intoxicarse con pilas y diferentes tipos de baterías: lavarse las manos, evitar el contacto con la boca y ojos; dejar en un contenedor que esté preparado para su recepción, etc.

Con un cuerpo que es capad de limpiarse, gracias a que funcionan correctamente: riñones, hígado, intestinos, etc. Es más probable que se pueda evitar una sobrecarga por metales en el cuerpo (consultar al especialista).

Las cantidades adecuadas de vitaminas y enzimas, contrarrestan los efectos de los metales pesados (los metales bloquean procesos enzimáticos).

Los efectos del humo del tabaco no se deben solo al alquitrán que pueda tener.

Al acudir a un especialista para retirar las amalgamas dentales, se puede hacer, de manera simultánea, una limpieza corporal que elimine los metales de estas, ya que pueden llegar a ser ingeridos en el transcurso de la extracción, siendo el punto de inicio de diferentes problemas *.

Un especialista puede detectar un problema por metales pesados y ayudar al cuerpo a eliminarlos de la manera más suave y “natural” posible, en ocasiones quizá sea suficiente con un cuidado anual.

Información sobre el comunicado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en relación al mercurio de las amalgamas dentales: http://www.mercuriados.org/es/pag1539.


Petición de cita:
Telf. 665 197 613.

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