jueves, 6 de enero de 2011

Tratamiento osteopático de un foco: Las mayores posibilidades de trabajo, de una osteopatía fundada en el método de Antiterapia.







¿Qué es un foco?
Se trata de la sobrecarga de un cuadrante corporal, por un proceso patológico (inflamación, cicatriz, toxicidad, etc.) que altera y cambia, la regulación de este cuadrante.

Se podrán formar focos: “Cuando, después de un proceso patológico, no se a realizado una limpieza de los tejidos (tejido conectivo blando) afectados por esta, y se produce un asentamiento de las sustancias que acompañaban dicha enfermedad”. (Pischinger)

Se trataría de adherencias y repliegues (origen físico del foco), que pueden hacer que se estanque la circulación de líquidos, con lo que fácilmente, quedarían residuos que irriten la zona (4ª ley osteopática: la arteria es suprema), actuando como un proceso focal o campo de interferencia en la regulación del cuadrante corporal relacionado en cada caso.

Para determinar si es un foco de origen físico, se utilizan los tests de Kinesiología.


El trabajo osteopático:

1º Detectar la zona, tejido u órgano, que puede estar afectado por un proceso focal.

2º Identificar el origen físico primario o secundario. 
  • Primario: tensión o bloqueo de los diferentes tejidos de la zona, y positivo en el tests de prioridad.
  • Secundario: proceso reflejo (una vértebra, etc.). Negativo en el test de prioridad.
3º Comprobar si el cuerpo tiene capacidad de proceso, para recibir el tratamiento, ya sea a nivel local o general. En el caso de que se pueda trabajar:
  •  Cambiar el tono.
  •  Quitar las adherencias.
  • Recuperar la movilidad de la zona: Esto, ayuda a mejorar el drenaje, con lo que los tejidos se limpian y nutren (Ley osteopática de la autocuración del cuerpo: representada por la frase de Still: “encuentra, corrige y deja que la naturaleza siga su curso”.).
4º Comprobar la desaparición o no del foco.


Detectar e identificar como caso osteopático (físico):
 Encontrar una zona afectada por un proceso focal. Se utilizan los tests de kinesiología    específicos para la localización de focos o campos interferentes. Para esto:
  • Se selecciona una zona u órgano.
  • Se realiza el tests de foco correspondiente en la zona u órgano seleccionado.
  • En el caso de que de positivo, se comprueba si existe un componente reflejo (vértebras y articulaciones relacionadas).
  •  Se valora (a través del test correspondiente) si la corrección puede ser de tipo osteopático.

       2º  A la palpación, un proceso focal se puede manifestar:
  • En los cambios de tensión de los tejidos próximos a un órgano o articulación, y su limitación al movimiento (adherencias).
  • La más que posible aparición de dolor agudo, localizado en un punto, y que, en la mayoría de los casos, no se manifiesta si no es con la palpación (un foco, no da síntomas).


La regulación de la zona:
  • En el caso de que los tests indiquen la técnica osteopática. Podremos elegir entre:
  • Técnica de Jones: muy recomendable antes de comenzar a liberar las adherencias de la zona, ya que puede reducir considerablemente la tensión del tejido, y con esta, el dolor y el mecanismo de defensa del cuerpo ante la manipulación.
  • Técnica de inhibición: similar a la anterior (utilizar la que nos diga el test).
  • Eliminar adherencias: se puede hacer con el dedo pulgar o la unión de varios dedos de la mano (se utiliza la yema de estos).
  • Técnicas de dirección de energía:  V-spread.
  • Con el objetivo de optimizar el terreno y mejorar los resultados: se puede hacer un estiramiento de los tejidos que rodean la zona, de manera que mejore la circulación de la periferia y el tono nervioso.


En la mayoría de estás técnicas tendremos la opción de realizarlas de manera:
  •       Funcional: a favor de la lesión.
  •       Estructural: en el sentido contrario a la lesión.


Todas las técnicas se utilizan después de que los test las identifiquen como prioritarias para la regulación de la zona afectada.

Con la osteopatía podemos trabajar sobre focos de origen físico, como pueden ser los generados por:
  • Una cicatriz de una operación o accidente.
  • Adherencias entre las capas de aponeurosis de un órgano, debido a un proceso infeccioso o alérgico.
  • En la zona de cabeza después de catarros, infecciones dentales o de oídos, etc. (revisar la ATM.).
  • En la columna vertebral: debido a inflamaciones de carácter crónico en las articulaciones interapofisarias o disco articular (hernias de disco, artrosis, etc.).
  • En aponeurosis y ligamentos, que recubren y sostienen el hígado.
  • La zona del apéndice: es una zona que por su forma y pliegues, tiende a acumular residuo. Al mismo tiempo es un lugar de transición importante.
  • En los ángulos internos del colon: son zonas de acodamiento que se pueden cerrar más o menos, y es fácil que se estanque la circulación en estos puntos.
  • La zona de la vejiga: la falta de tono en la musculatura de la vejiga o una mala posición o “aplastamiento” de esta, por ejemplo en casos de obesidad y embarazos, entre otros; puede hacer que no se produzca una vaciado completo de su contenido, creándose infecciones, y con el tiempo, el terreno puede ser el origen de una irritación permanente.
  • Vesícula biliar: inflamaciones, alimentación, etc.

A las pruebas diagnósticas, siempre se pueden añadir:
  • La clínica e historial, propia de los casos de afectación por focos.
  • Las mediciones bioeléctricas de la zona (aparatos de biorresonancia).
  • La medición de la termorregulación.
  • La electroacupuntura.
  • El dermograma de impulsos.



Para que puedas comprender con mayor profundidad el alcance de este trabajo sobre el tratamiento osteopático de focos y campos de interferencia, te recomiendo que leas el artículo: Focos y campos interferentes, como afectan a las personas



Para pedir cita:
Telf: 665 19 76 13.

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