miércoles, 28 de agosto de 2013

Las glándulas tiroides y paratiroides.


La glándula tiroides se localiza en la parte anterior del cuello; en sus laterales y por la parte posterior de la misma se encuentran las glándulas paratiroides.

Tiroides y paratiroides crean un equilibrio en el que el comportamiento de una tiene que ver directamente con la de la otra; por ejemplo:

  • La tiroides añade calcio a los huesos que, como es normal, previamente a tomado de la sangre.
  • Las paratiroides compensan la falta de calcio en sangre, esencial para el funcionamiento del sistema nervioso, extrayéndolo de los huesos cuando este es escaso.

Es importante reseñar la importancia de la relación que existe entre estas glándulas y las glándulas de hipotálamo e hipófisis situadas en la cabeza.

Las glándulas tiroides y paratiroides trabajan para mantener el equilibrio de:
  • El crecimiento.
  • La temperatura corporal.
  • El desarrollo del sistema nervioso.
  • Los niveles fósforo y calcio en huesos y sangre.
  • El metabolismo (el índice basal: gasto de oxígeno celular según el  ATP que se quiere producir; establece la temperatura corporal).


Su función alterada puede provocar:
  • Depresión.
  • Irritabilidad.
  • Falta de fuerza.
  • Mala cicatrización.
  • Obesidad o falta de peso.
  • Desequilibrios hormonales.
  • Fracturas que no consolidan bien.
  • Falta de desarrollo corporal y mental.
  • Problemas en el embarazo y desarrollo del feto.
  • Problemas de híper o hipo tensión arterial y venosa.
  • Falta o exceso de calcio y fósforo en sangre y huesos.


Si el cuerpo en general se encuentra en un buen estado; esto quiere decir que la tensión y el gasto de energía con que se adapta al entorno son los adecuados para su supervivencia, crecimiento, aprendizaje, defensa, etc. Las glándulas tiroides y paratiroides pueden sufrir un menor “sobreesfuerzo” de lo acostumbrado, y, por tanto, quizá cuiden más correctamente de las funciones que le son propias, durante más tiempo.

Para ello será interesante el cuidado de:
  • Energía.
  • Fracturas.
  • Emociones.
  • Exceso de trabajo.
  • Ciertas medicaciones.
  • Desequilibrio hormonal.
  • Estrés (emocional y físico).
  • Falta o exceso de ejercicio.
  • Enfermedades que causen agotamiento.
  • Embarazos dificultosos con cesarias en el parto.
  • Tóxicos como: metales pesados, derivados metabólicos, etc.
  • Carencias o excesos de nutrientes como yodo, vitamina c, etc.
  • Las incompatibilidades de ciertos alimentos que puedan provocar problemas en la misma.
  • Cicatrices (cuando no están bien son una fuente de estrés físico importante).
  • Los tejidos que las rodean, dan soporte y nutren, como las fascias del cuello; los que se ocupan de su regulación nerviosa, como los nervios que parten de las vértebras cervicales; y las estructuras móviles cercanas, como el hueso hioides, la tráquea, el esófago y la ATM.


Para esto se puede acudir a los expertos y profesionales sanitarios y no sanitarios de las diferentes ramas del cuidado del cuerpo según corresponda: médico, fisioterapeuta, osteópata, nutricionista, Couching, entrenador personal, terapeuta emocional, acupuntor, etc.



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