lunes, 24 de enero de 2011

Ejercicios de propiocepción, para la recuperación funcional de lesiones: Antiterapia Sport.


El sistema de propiocepción es el encargado de comunicar a la persona, en que lugar y posición se encuentra su cuerpo en todo momento.

Una deficiencia en el sistema de propiocepción puede ocasionar:
  • Desequilibrios posturales.
  • Exceso de tensión en un cuadrante corporal (descompensaciones).
  • Dolor musculoesquelético.
  • Inestabilidad y rigidez articular.
  • Fatiga muscular.
  • Una mayor facilidad para lesionarse.
  • Aumento del tiempo de reacción a los estímulos del entrenamiento.
  • Demoras en la recuperación de lesiones (posible cronificación).
  • Movimientos descoordinados y poco fluidos.
  • Inseguridad.
  • Las típicas “malas sensaciones” de un deportista
Para evitar este tipo de problemas, existen ejercicios con los que entrenar y recuperar la propiocepción de las diferentes partes del cuerpo.

La progresión en el ejercicio, como siempre, la marcará el estado en el que se encuentra el deportista y su lesión.
Es recomendable que el entrenamiento lleve una progresión, que vaya de los ejercicios más sencillos de realizar, a los más complejos. Un ejemplo de esto, puede ser un trabajo en el que se comience con ejercicios de tipo estático-estable:
  • Durante unos segundos se somete a una zona corporal a la tensión y carga del resto del cuerpo (equilibrio sobre un pie, realizado en una superficie estable).
Pasando posteriormente, a ejercicios de tipo dinámico-inestable: 
  • Se somete al cuerpo a una tensión y carga, sobre una superficie inestable. Lo que obliga a este a hacer una adaptación rápida de los desequilibrios originados por este tipo de apoyo.
Es positivo someterse a un programa de entrenamiento propioceptivo, antes de:
  • Operaciones.
  • Competiciones.
  • Entrenamiento.
  • Embarazos (durante los primeros meses. Aunque se puede adaptar una tabla durante todo el embarazo).
  • Todos las actividades donde se desee una adaptación del cuerpo, a estímulos programados para obtener un resultado concreto. 
Es positivo someterse a un programa de entrenamiento propioceptivo después de:
  • Lesiones (especialmente si son de carácter repetitivo).
  • Operaciones quirúrgicas.
  • Después de que cierre de una cicatriz (estas suelen alterar la propiocepción de la zona).
  • Entrenamientos poco efectivos: el cuerpo puede hacer aprendizajes en negativo. Estos pueden ser el origen de lesiones, retrasos y desviaciones en los resultados esperados.
  • Embarazos.
Para realizar un buen trabajo propioceptivo y obtener los mejores resultados. Es necesario hacer una valoración de la capacidad que tiene el cuerpo para integrar estímulos. Para esto, nos servirán los tests de biofeedback propuestos por la Antiterapia: tests de láser, comportamiento, etc.

En el caso de que se encuentre alguna deficiencia en esta capacidad, sería necesario trabajar sobre ella con anterioridad, para después pasar al entrenamiento en si. 

Es recomendable hacer una revisión con un experto biofeedback (médico, fisioterapeuta, osteópata, etc.), antes de comenzar el entrenamiento propioceptivo con el objetivo de hacer una optimización del cuerpo en general o la zona que se quiere trabajar. Ya que de lo contrario, se pueden tener resultados poco satisfactorios.

Resaltar la importancia creciente del trabajo propioceptivo como parte de la preparación física en cualquier disciplina en la que el cuerpo es el protagonista.

El trabajo de la propiocepción ha demostrado tener efectos beneficiosos en la mejora de:
  • La fuerza.
  • La flexibilidad.
  • La coordinación.
  • El equilibrio muscular.
  • Y el tiempo de reacción.
Los estudios más recientes demuestran que reducen el riesgo de lesión y que podrían encontrarse efectos beneficiosos en el rendimiento atlético-deportivo.


Para pedir cita:
Telf: 665 19 76 13.
Correo: david.gv.consulta@gmail.com .



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