lunes, 9 de enero de 2012

Lesiones de origen ascendente y descendente: ¿qué son? ¿porqué se producen? ¿cómo valorarlas?




“ Cuando el cuerpo no puede mantener una buena función en uno o varios de sus sistemas, corre el riesgo de perder el equilibrio que es necesario para su vida, por lo que se requiere que otras partes pasen a hacer un mayor esfuerzo.”


¿Qué es una lesión de origen ascendente?

Una lesión ascendente, es la que tiene su origen en una parte del cuerpo que se encuentra por debajo del nivel de donde aparecen los síntomas.


Por ejemplo, en el caso de padecer un dolor de espalda, el origen puede estar en una antigua lesión de tobillo que cambie la forma de pisar.

¿Qué es una lesión de origen descendente?

Una lesión descendente, es la que tiene su origen en una parte del cuerpo que se encuentra por encima del nivel de donde aparecen los síntomas.


Por ejemplo, un dolor en la zona lumbar debido a un exceso de contracción de su musculatura, creada por un problema de hombro o de cuello.

¿Cómo valorar el origen ascendente o descendente de la lesión?

Las lesiones de tipo ascendente o descendente, suelen crear un patrón postural especifico para cada una.


Esta se descubre estudiando la relación en la que se encuentran los hombros respecto a las "caderas", o viceversa.


En el caso de una lesión ascendente, el hombro más bajo, correspondería con la cadera más alta, es decir: hombro izquierdo bajo y cadera izquierda alta (figura 1º). Esto indicaría que el origen del problema está por debajo.


Si por el contrario, se encuentra que el esquema que sigue el cuerpo es el de: hombro izquierdo bajo y cadera izquierda baja (figura 2º), señalaría que el origen se encuentra en por encima del problema.
   
Figura 1º
Figura 2
                                                                                                                  
                             
¿Porqué se producen?

Éstos patrones se generan gracias a la capacidad que tiene el cuerpo para hacer adaptaciones en base a los cambios que se producen en sus entornos interno y externo.

Esta capacidad, aun siendo a veces sorprendente, no es ilimitada; por lo tanto, el final de la capacidad de adaptación es, el final de la salud.

Cuando el cuerpo no puede mantener una buena función en uno o varios de sus sistemas, corre el riesgo de perder el equilibrio que es necesario para su vida, por lo que se requiere que, con el fin de conservarlo, otras partes pasen a hacer un mayor esfuerzo, que tarde o temprano termina haciendo mella y mostrando síntomas.

En otras ocasiones, un exceso o deficiencia en un sistema puede llegar a ser tan peligroso que, para protegerlo, el cuerpo adapta parte de la tensión que se origina, en otra parte.

Por ejemplo, en la contracción excesiva de la musculatura de cuello y espalda, por una meningitis en fase aguda, y que se puede mantener cuando ésta a pasado.

¿Qué ventajas tiene saber si una lesión es ascendente o descendente?

Como es normal, la solución a un problema pasa por encontrar su causa.

Si se es capad de tener en cuenta que, en muchas ocasiones, donde está el síntoma no está la causa, se podrá incluir en la valoración un número mayor de posibilidades.

Al valorar si una lesión es ascendente o descendente, se están observando otros aspectos más allá del síntoma, y esto, aumenta el número de probabilidades a la hora de dar con la solución.

Importante:

En el artículo se a explicado de una manera sencilla, básica y accesible, una de las formas en las que el cuerpo puede adaptar un problema en su esquema corporal, dando una serie de pistas orientativas. Cualquier evaluación y trabajo profundos, han de tener en cuenta siempre, variables que no aparecen en este artículo y que están a cargo del terapeuta. Sin embargo, al conocer el funcionamiento del cuerpo, aunque sea ligeramente, el paciente puede seguir más de cerca y con mayor comprensión el trabajo que realiza el profesional de la salud, mejorando así la comunicación entre ambos.



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Telf: 665 19 76 13.
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