Para conseguir los mejores resultados de un equipo de trabajo, es necesario recuperar la salud de cada uno de los que lo integran; ya que, a medida que ésta se recupera, las personas ganan mucha capacidad para realizar sus tareas.
Hay una frase que repite la gente que gana salud:
“me encuentro mucho mejor y me siento más capaz”.
Una persona con salud se encuentra fresca y con energía, es fácil que contagie al resto del equipo y que transmita un verdadero estímulo al cliente.
Sus niveles de estrés negativo bajan ya que, empiezan a poder asimilar la carga de trabajo mientras que, los de estrés positivo suben, permitiéndole estar más despierto y vivo...
Esto conlleva una mayor capacidad a la hora de atender las necesidades de su puesto.
El estrés puede generar dos resultados diferentes en la empresa:
Negativo: bajas laborales por diferentes enfermedades (lo que supone unos costes elevados para la empresa).
Positivo: capacidad para adaptarse a los cambios, ganando con cada experiencia.
Que el estrés se convierta en positivo o negativo, sólo depende de la capacidad que tenga la persona para procesar los estímulos que recibe a diario.
Salud = capacidad de proceso = capacidad de adaptación y cambio.
Se trata de un método diferente, sencillo de implantar y con el que se alcanzan resultados (a corto y medio plazo) que se mantienen sin que requiera apenas esfuerzo de gestión adicional para la empresa.
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