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jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Qué me aportan los tests?


El lenguaje del cuerpo:
Gracias a los tests de biofeedback (tests hechos con el propio cuerpo), todas las personas tienen la oportunidad de descubrir, que sus cuerpos se adaptan a diario a estímulos generados por la alimentación, el trabajo, la practica deportiva, las terapias, relaciones, etc., y que dependiendo de la manera en que éstos son procesados, pueden generar tensiones que luego se mostrarán en los tests.

Estas tensiones son aprendidas (de manera totalmente automática e inconsciente), para repetirse en siguientes ocasiones.

Si lo que se aprende, está en armonía con lo que se necesita; le acompañan emociones suaves, y deja más capacidad y energía para siguientes aprendizajes (no agota la capacidad que se tiene), se habrá hecho una buena adaptación, y cada vez que se repita habrá una ganancia.

Si por el contrario, el aprendizaje no es coherente con las necesidades de la persona, las emociones son en exceso o defecto, le acompaña a uno un esfuerzo y una tensión en lo que se pone a hacer, y una pérdida de capacidad y energía que condiciona negativamente lo que se quiere realizar en un futuro. Es síntoma de que se ha hecho una mala adaptación, o lo que en antiterapia se llama: “una incapacidad aprendida”; que se repetirá en diferentes planos de su vida, terminando por agotarla.

Como las tensiones están automatizadas, y por lo tanto, son inconscientes, solo se tiene percepción de los síntomas que generan, que es donde normalmente se termina dirigiendo el esfuerzo para cambiar algo. Como éstos no son la causa, se puede estar perdiendo un tiempo y una energía preciosos, obteniendo unos resultados nulos o poco satisfactorios. 

Las tensiones en el cuerpo se mantienen con una energía (un gasto), y cuando se suman varias tensiones a lo largo de la vida, estas pueden tener para el cuerpo un resultado de agotamiento, que le impide hacer nuevos aprendizajes con los que ir creciendo y viviendo nuevas experiencias. A cada intento por cambiar le pueden suceder una serie de síntomas, que nunca serán la causa del problema; por lo que dirigiendo el tratamiento a ellos, puede que se esté perdiendo tiempo.

Al localizar a través de los tests, tensiones de las que la persona no te hablará, ya que están automatizadas y son inconscientes, te permite dirigir el esfuerzo a la causa y no solo a los síntomas. Teniendo la oportunidad de hacer un cambio real.

Un cambio en la tensión que sufre el cuerpo, se traduce en una mejoría en su capacidad  para adaptarse a los estímulos del día a día, haciendo posible que haga aprendizajes nuevos.

Se trata de un aprovechamiento (obtener un beneficio) de la energía que invierte. Generándole la posibilidad de una nueva inversión en un acontecimiento posterior.

Los intentos por solucionar un síntoma, tienen de fondo, el intento por aliviar una tensión, pero al estar ésta automatizada en el cuerpo y ser inconsciente, es imposible cambiarla (y menos aún con la cabeza).

Trabajar sobre síntomas (buscar el alivio de una tensión de fondo) que no terminan de cambiar, produce una repetición, que con el tiempo se trasforma en una adicción (a medicamentos, terapias, relaciones, comida, etc.).

Trabajar la adicción sin ir al fondo del problema (la tensión que lo origina), vuelve a generar más repetición y más adicción.

Cuando se vive el resultado (síntomas, como se conoce uno, etc.) de un proceso automatizado y aprendido en el cuerpo, Juzgar que se está haciendo bien o mal (utilizar el análisis), crea un intento de solución que no llega nunca, ya que lo automatizado por el cuerpo no es cambiable por la mente; de la misma forma que no podemos parar el corazón o dominar la contracción y dilatación de la pupila, por el mero hecho de que nos lo propongamos mentalmente.

Es inútil decirle a la persona, o decirse a uno mismo, que tiene o debe hacer esto o lo otro, de una manera determinada (normalmente, “bien”, a los ojos de un análisis que no llevará a ninguna parte). O que tiene una responsabilidad y debe de cambiar.

Frases como: “¡no ves lo que haces!”, “ ¡tienes que hacer el esfuerzo! ”,  etc. Carecen de sentido si se entiende la fuerza de lo que el cuerpo a automatizado, y la incapacidad de la mente para cambiarlo. Y pueden ser la primera señal de aviso, de que algo no va bien:

“Si te esfuerzas más de lo necesario para ser tú mismo, algo no va bien, ser uno mismo no cuesta” José Luís Godoy creador del método de antiterapia.

Si esto me dice algo, es posible que sea el momento de transformar la manera en que intento solucionar las cosas.

La salud llega por la capacidad del cuerpo para adaptarse sin un exceso de tensión (esfuerzo) que lo limite cuando se enfrente una nueva situación, de la que quizá no conozca nada: primera respiración (al nacer), primeros pasos, relacionarse, enfermedades, vacunas, pubertad, trabajos, el encuentro con el sexo, la pareja, los hijos, muerte de seres queridos, etc., en todas las situaciones hay un pequeño conocimiento integrado por el cuerpo, que proviene de: genes, cultura, familia, etc. Pero puede que no sea el suficiente para lograr la adaptación completa a la reciente exigencia. Por lo que necesitará disponer de toda su capacidad, para realizar el nuevo aprendizaje, y hacerlo si es posible de una manera fluida, es decir, sin tensión. 


De lo contrario la tensión acaba por encontrar un sitio donde mostrarse: dolores, emociones, obesidad, o cualquier otro síntoma etiquetado con el nombre de una enfermedad. 

Cada vez que se aprende algo que te hace ganar (sin tensión), uno se siente con la capacidad y energía suficiente, como para abrir otra puerta, tras la que será necesario hacer otro aprendizaje.

Una pregunta interesante puede ser:

¿Cuándo empecé a perder parte de ésta energía, cambiándola por éstos síntomas que me persiguen ahora?

Algunas de las respuestas podrían ser: cuando me operé, después del accidente de coche, con aquella lesión de rodilla, después de esa fiebre que me tuvo en cama varios días y de la que nunca se supo la razón, con aquel problema de boca, etc. Ya que el cuerpo pierde mucha capacidad en éste tipo de sucesos, ya sea por su intensidad, o por no saber cómo solucionarlas.

Los tests:

Las herramientas que sirven para localizar éstas tensiones, como los tests de biofeedback y las herramientas de la antiterapia, tienen una importancia vital, ya que son el primer paso para una solución.

Al adaptarse los tests al cuerpo, en sus diferentes planos y funciones, se puede crear un diálogo con éste, que vaya aportando la información necesaria para hacer pequeños cambios, haciendo ganar al cuerpo la capacidad suficiente, para que los mismos estímulos que antes lo tensaban, ahora los procese correctamente, y que esto le permita un alivio de la tensión, que tengan como resultado un aprendizaje.

Las diferentes técnicas y métodos de trabajo: terapias, entrenamiento, coaching, belleza, etc., tienen en común la necesidad de que el cuerpo pueda asimilar o procesar el trabajo que se hace sobre él. Por esto, antes de hacer nada, es importante saber si el cuerpo tiene capacidad para recibir lo que se le va a hacer.

Después, es necesario conocer donde se a de dirigir el esfuerzo, o sea, saber cual es la tensión prioritaria, por la que es necesario empezar.

Así, una vez recuperada la capacidad del cuerpo para recibir, y sabiendo donde dirigir el trabajo; se llega a la pregunta:

¿Cual de todas las herramientas de las que dispongo, es la más apropiada para éste problema?

Respuesta que se mostrará en el tests correspondiente, con un cambio de la tensión.

Un trabajo sencillo, para un cuerpo que quizá no tenga la suficiente capacidad: personas mayores, estados carenciales, fatiga crónica, adiciones, terrenos muy intoxicados, carencia de ritmos corporales, etc., para soportar acciones que le generen más tensión y esfuerzo (tensión = gasto).

Se trata de una optimización del trabajo que alivie el esfuerzo del paciente y el terapeuta, aprendiz y Couch, etc.

Para esto, no sirven las fórmulas estándares, ya que cada cuerpo es diferente a los demás. A lo largo de la vida se va adaptado de una manera particular a una serie de situaciones: operaciones, alimentación, medicaciones, enfermedades, accidentes, rupturas de pareja, etc., de las que obtuvo unos resultados (aprendizajes) distintos a los de cualquier otro cuerpo. Por lo que, también procesa de una forma diferente.

Lo dicen nuestros médicos:

“no porque a ti te haya ido bien un medicamento, a tú hijo, sobrino o vecino, le va a ir bien”.

Los tests de biofeedback, son hechos en el propio cuerpo, por lo que siempre ofrecen una información personalizada. Y esto, posiblemente marque la diferencia entre un problema que se repite, o conseguir un alivio y tener una experiencia diferente.





Para pedir cita llama al: 665 19 76 13.

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