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lunes, 24 de octubre de 2011

La energía del sexo: caminar hacia uno mismo.




Hace unas semanas murió uno de las personas que más a echado una mano en relación al mundo de las máquinas de procesar información: ordenadores, teléfonos, etc. Ayudando a mejorar la forma en que nos relacionamos con ellas, y por lo tanto, mejorando la posibilidad de mantenernos informados y organizamos respecto al trabajo y las personas que queremos y tenemos cerca, así como conocer lo que sucede con el resto del mundo.


A demás del reconocimiento a Steve Jobs en diversos homenajes, parece también un reconocimiento a lo que se ha conseguido como cultura o especie, el valor de donde se supone, acertada o equivocadamente, que hemos llegado. 


Hoy me gustaría hacer mí pequeño homenaje, pero no a Steve Jobs, al que también guardo mí agradecimiento, sino a algo que me puede ayudar a saber más sobre mí mismo: el sexo.

La energía sexual, sirve para más cosas que el nacimiento de otras personas, y en cuanto a la salud, tampoco es solo “el aumento de la circulación de hormonas que nos hace estar de mejor humor y más positivos” que se puede leer en las revistas.

Contiene posibilidades que desde hace tiempo podemos encontrar expresadas en diferentes textos y costumbres de las culturas orientales: mantener la salud del cuerpo, salir de uno mismo y encontrar la polaridad, e incluso, la no polaridad o unión con todo. Son algunas de las cosas para las que es usado el sexo desde hace cientos de años por aquellos que le han sabido dar la importancia que merece.

Una energía sexual que circule de manera equilibrada, con la intensidad o tensión apropiada, aporta al cuerpo salud y despierta potenciales relacionados con cada uno de los centros energéticos (chacras para la cultura hindú)  a través de los que pasa.

Algunas informaciones que nos pueden aportar las culturas orientales en relación al sexo, son:

En nuestro cuerpo existen siete niveles de ascenso – y descenso, solo es cuestión de probar uno mismo – por los que circula la energía sexual:
  • Centro de la base relacionado con el primer chacra: relación con uno mismo.
  • Centro del ombligo, relacionado con el segundo chacra: relación con la polaridad, la pareja, lo que yo no soy.
  • Centro del corazón, relacionado con el cuarto chacra: las emociones, apertura a la vida y el compartir.
  • Centro del diafragma, relacionado con el tercer chacra: ordenarse interna y externamente, para poder dar el paso a compartir, con uno mismo y los demás.
  • Centro de la garganta, relacionado con el quinto chacra: la expresión de lo que es uno.
  • Centro de la cabeza, relacionado con el sexto chacra: el tercer ojo, que según la cultura oriental abre la mente y despierta la conciencia; también tiene que ver con el funcionamiento de la glándula pineal.
  • Centro de la coronilla, relacionado con el séptimo chacra: conexión espiritual con uno mismo y con todo lo demás.

Al trabajar la energía en el sexto nivel, se puede tener conciencia sobre la no existencia de dualidad entre lo uno y lo otro:
  • Hombre-mujer.
  • Yo-otro, yo-entorno.
  • Interior-exterior.
  • Pensamiento-pensador.
  • Salud-enfermedad.

La respiración es un elemento esencial en el manejo de la energía sexual. Pudiendo potenciar o frenar la circulación de ésta, y por lo tanto, aumentar o disminuir la tensión sexual.

Existe un variado número de técnicas destinadas al control y circulación de la energía despertada por el acto sexual a través de los diferentes centros. Muchas se pueden encontrar en manuales sobre Tantra. Algunas de ellas son:
  • La respiración “completa”: inhalar y exhalar completamente con la zona del bajo abdomen facilita el control de todas las funciones del cuerpo.
  • La respiración “refrescante”: inspirando tan sólo a través del orificio izquierdo de la nariz se disminuye la tensión y se calma la llegada al orgasmo.
  • La respiración de calentamiento: inspirando por el orificio derecho de la nariz se aumenta la tensión sexual y acercándose al clímax.
Sirviéndose de la respiración, la persona puede controlar (aumentar o bajar), y dirigir, la tensión sexual en diferentes partes o centros de su cuerpo. Eligiendo así una percepción y una meditación que la pueda mantener en un estado que sea interesante para ella.

Es importante tener en cuenta problemas que pueden impedir que ésta energía circule bien, algunos son:
  • Problemas respiratorios: la mala ionización puede provocar un exceso o defecto de tensión o tono, sinusitis, alergias, asma, etc.
  • De piel: la medicina china relaciona el pulmón con ésta.
  • Cicatrices de operaciones o accidentes: cortan zonas del cuerpo y la energía no circula bien.
  • Una toxicidad: por metales pesados u otras razones.
  • Parásitos, hongos o bacterias en según que zonas, pueden irritar de tal forma que hagan desagradable el contacto físico y distorsionen el estímulo y la excitación, incluso puede desaparecer.
  • Problemas de las glándulas hormonales: Pineal, hipófisis, suprarrenales, etc.
  • Tensión con lo que es cada uno: hombre o mujer (ver tests de antiterapia).
  • Tensión con gozar o tener placer.
  • Problemas del PH.
  • Sistemas de creencias poco cuidadosos con las necesidades del cuerpo.

Este tipo de problemas pueden limitar el deseo, la tensión o el gozo sexual y ser prioritarios, antes de meterse a observar posibles aspectos psicológicos o culturales. 

Estos son algunos de los datos que se pueden hallar sobre el sexo. Están al alcance de cualquiera que tenga un poco de curiosidad.

Me imagino que es cuestión de cada uno encontrar su propia forma de relacionarse con ésta energía, si desea cuidarla o no, sacando provecho de ello. Algo que quizá se pueda entender como, conocimiento de uno mismo.

Para terminar, dejo una frase que utiliza en sus seminarios sobre sexo, el creador del método de antiterapia José luís Godoy, que quizá de una pista de la importancia de ésta energía:

“La tensión sexual es la que nos anima al encuentro de la pareja: nuestra polaridad”


Petición de cita:
Telf: 665 19 76 13.

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